La gastronomía de Estados Unidos es un reflejo de su propia cultura.
La llegada de inmigrantes a lo largo de los siglos, desde los Padres Peregrinos que se establecieron en Nueva Inglaterra, a los españoles que entraron por el Sur, desde Florida y Méjico. Luego llegarían los chinos, los irlandeses, los italianos, los alemanes, y todos introducirían un poco de cada cocina del mundo en el país que fueron creando. Todos incorporaron sus recetas, sus sabores, y los adaptaron a los ingredientes autóctonos que fueron encontrando a medida que iban conquistando y colonizando.
Los alemanes se llevaron sus hamburguesas y salchichas, los italianos las pizzas… pero estos se asentaron primero en la costa esta. Una cocina muy diferente de la que se vería en el Oeste, principalmente por la materia prima, pero también porque las influencias fueron otras. Desde la Nueva España, que alcanzaba hasta Alta California, llegaría la cocina española y mejicana, empezando por la famosa barbacoa, que hoy creemos el producto más americanos entre los americanos, la BBQ, pero en realidad es de procedencia mejicana, la propia palabra es de origen precolombino y hace referencia al método tradicional de asado de diversas carnes, cociéndolas en su propio jugo.
Y por supuesto, a ellos les debemos también la comida Tex-Mex, sin duda el tipo de comida más popular en el Oeste Americano. Si bien el nombre indica claramente una fusión de dos estilos y dos formas de entender la cocina (la texana y la mexicana), pero esta se extendió por todos los estados vecinos desde Texas a California.
La alta inmigración mejicana durante siglos en estos sin duda ha sido trampolín de esas recetas caracterizadas por los sabores fuertes y picantes, tanto como de la lengua española: fajitas, nachos, famosos burritos… acompañados por frijoles, guacamole… y mucha carne de vacuno ¡bendito Chili con carne!
Por supuesto esta es la comida que más encontraremos en los desiertos de Arizona El ‘cactús saguaro’ que invade el desierto de Sonora está muy presente en las cocinas de Arizona. Los nativos americanos ya usaban la fruta del cactus en su cocina, ya fuera en recetas saladas, como en dulces.
Pero por supuesto cada región tiene luego sus especialidades, platos fuertes que nos hablan de gentes duras que se decidieron a luchar contra los elementos y labrar una nueva vida en condiciones complicadas…
En Utah Los primeros colonos preferían guisos potentes, aunque sencillos, a base de lo poco que tenían: patatas, maíz, buey… así son dos de sus recetas preferidas: ‘funeral potatoes’, una sopa de maíz con patatas y queso fundido, que levanta a un muerto en uno de los días más fríos del invierno.
Pero tampoco hay que perderse el ‘desayuno vaquero’: carne picada, cebolla, patatas, huevos y salsas, cuanto más fuertes mejor, para empezar el día con energía ¡Que hay que trabajar en el rancho!
Nevada no se queda atrás en cuanto a hombres rudos que la habitaron, las llanuras abrasantes por donde galopaba el Pony Express o las altas montañas Nevadas que dan nombre al estado, pero eso hasta que apareció la ciudad de , hoy sin duda la capital culinaria de Nevada, lo que se te antoje lo podrás encontrar en esta ciudad.
Los chefs más famosos han establecido sus restaurantes allí, mezclando los sabores clásicos americanos con las últimas corrientes de la gastronomía más moderna, sabores de todos los puntos del planeta para paladares americanos… vieiras, risottos, ceviches, salmón. Si el bolsillo te lo permite, visita al Chef más famoso y gruñón de estados Unidos, el Chef Ramsey.
Ahora ya… podemos lanzarnos a la conquista del Oeste con el estómago lleno.